24 febrero 2011

LA FACHADA VEGETAL

Incorporar una fachada vegetal es una ciudad significa aprovechar el bien más escaso de la ciudad, el espacio.
Países como Alemania o Francia recurren a esta modalidad que además de otorgar un valor estético, añade multitud de ventajas ambientales.
El objetivo es integrar completamente la vegetación en la arquitectura para lograr los máximos beneficios ambientales y el mínimo consumo de agua y energía. Para ello, junto al diseño del jardín vertical, se utilizan sistemas de captación y almacenamiento de agua de lluvia, también sistemas que optimizan la captación de contaminantes del aire mediante la vegetación y el comportamiento bioclimático de la edificación.

La temperatura encima de  zonas plantadas con vegetación es entre 1 y 2,25 ºC inferior a la temperatura ambiente, y la envoltura vegetal en fachadas expuestas a los vientos podría mejorar el aislamiento hasta un 8%, por el efecto de cámara de aire entre las hojas y la pared, y la protección frente la humedad provocada por la lluvia. Por ello, nada resulta más adecuado que la incorporación de vegetación en los edificios. Un edificio que integre el verde se convierte inmediatamente en un espacio vivo, que genera impactos positivos para su entorno y sus  ocupantes, y que regenera una pequeña parte del territorio para la vida natural que estaría ocupado.

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